

Los diarios recorren caminos misteriosos antes de llegar al umbral de su puerta para que un perro lo destruya desmenuzadamente paciente.
Vienen separados, faciculos aparte, con listas de presente como en la primaria y atados, mañantados vilmente con hilo horrible.
Uno tiene un sistema para intercalarlos, rapido, no llegas a las 6 y cuarto armandolos.
Las revistas son las niñas mimadas. Pero nadie quiere hablar de revistas.
Los diarios manchan los dedos y uno puede ser quien misteriosamente haga aparecer una huella digital en la pagina 4, al fondo de la pagina.
O escribir una nota en la pagina 23 debajo de una foto de un señor de Lomas de Zamora, para quien lo vaya a leer.
Tiene cosas divertidas estar en ese Behind the scene.