26.1.11


patiperreando,


mochila al hombro y andando.


los días se cuentan como las zanahorias que se comen peladas y con sal.


si, zanahorias con sal.

6.1.11

Lo que hay debajo de las rampas.




Lo que hay debajo de las rampas. Incógnita arquitectónica, resolución maestra, éter del suelo y geometría de reflejos, sin oscuridad innecesaria, sin acomodar las cosas como debajo de una escalera, aún cuando es mas incómodo que los angulos rectos.

En un mundo ortogonal, un ángulo de 30 grados que aterriza.

2.1.11

despertarse

sientiendo el ruido de los micros pasar. aun antes de abrir los ojos. adivinando por la nariz si el día está nublado o despejado.
ayer había olor a mar en la calle, todo indica que no veremos el sol hoy.
igual, manteniendo los ojos cerrados giro sobre la cama. la abrazo, siempre vestida, aun cuando se duerme desnuda, amanece vestida. siempre.

respiro fuerte, para sentirle el olor del pelo. es ella.

también podría abrir los ojos y descubrir que estoy en la cama de esa habitación de la costa de perú. o podría despertarme en un día nublado de la selva boliviana.
no se siente como una mañana en el 518 llendo a la escuela tan temprano. tampoco está en el aire el olor a tostadas con manteca derritiendose que preparaba mi viejo.
ni se escuchan los teros de la quinta donde vivía de chico.

si caminara con los ojos cerrados al baño no corro el riesgo de pegarme con la mesa de metal y vidrio del pasillo de la casa de mi abuela. tampoco sentiría el frio de los cerámicos y el posterior rechinar del tercer escalon de madera bajando muy temprano a encontrar a mis abuelos tomando mate.

desperté en tantos lugares. hasta hace un par de años había despertado en muchas casas de amigos, algunas veces en la costa y otras en casas de alguna novia o parientes.

pocas veces en habitaciones de hotel, unas pocas.

sabor pastoso en la boca, y todavía no abro los ojos.
tal vez, si tengo suerte es domingo, de una rutina que es tan extraordinaria como la falta de esta. no creo que tenga mucha rutina esperandome en los futuros almanaques. serán temporadas.

si tengo suerte no va a volver a sonar el celular, o la radio reloj, o no me va a llamar de nuevo mi viejo para que me levante. tuve un reloj pulsera que me duró muy poco, nunca me despertó. el sonido era muy débil y me lo robaron demasiado temprano.

idealmente me despierto y me vuelvo a dormir por 5 a 10 minutos. más que eso es peligroso, el cuerpo puede acostumbrarse, aún mas el cerebro.

despues es una seguidilla de olores y resplandores, de reflejos y sensibilidad absoluta de la piel cuando choca con la ducha. preferentemente me lavo la cara con agua fría justo antes de atacarla con la caliente de la ducha. y después, después, empieza otro día.